Poema creado en fraga, en 1459, por algunos de los ciudadanos de nombre desconocido de esa localidad,
- La noche crecía lenta y oscura,
- crecían sombras por toda Fraga.
- El granjero durmiendo estaba,
- ingenuo, sin preocupación alguna.
- El panadero la leña olía,
- en la cama a su mujer abrazado
- preocupación de hoy, que dejó de lado
- y a la mañana siguiente lo asaltaría.
- ¡Cuál sería su sorpresa!
- Cuando del armario sacaba
- Su marido, un pantalon que apestaba
- con las perneras tiesas.
- Era hora para gente de mala vida y landronzuelos,
- y en las calles los susurros no cesaban
- algo entre las sombras se fraguaba
- Y en los callejones no cesaban los duelos
- Dícese que en el vergel, las parejas se pierden
- Erik y Zulei bien lo sabian
- entre naranjas el tiempo no perdían
- cosechando sin cesar antes de que los fríos lleguen.
- El frio aire de la noche se alzaba
- y los chicos buenos que aun estaban, se retiraban
- ¡de repente un estruendo sonaba y resonaba!
- un gran barril al suelo caía, y la cerveza se derramaba.
- Calu, al ver tal desperdicio, como loca gritaba
- Zarandeo al pobre tabernero para que pronto limpiara
- el daño ya estaba hecho, sin cerveza se quedaba
- y ahora al alcalde fastidiaban para que un barril comprara.
- ¡¿Que pague yo el barril?! airado el edil decía
- mientras con la cabeza rotundamente negaba
- los vecinos se agolpaban, impiediendo que escapara
- y un águila bonita a los niños malos se comía.
- Los niños del aguila con la vara huían
- Corriendo fuerte, éste les seguía
- mientras la vara con las plumas erguía
- y la descargaba mientras sus huesos crujían.
- Nadie sabe por qué aquel caballo blanco
- que siempre se agitaba al sentir ruido,no huyó
- quiza fuese la pila de barriles lo que su camino obstruyó
- o que quería tirar al asaltante por el barranco.
- Cerveza tibia y tinta
- En grandes jarras servida
- No es entretenimiento, es mi vida!
- Ya sea en tonel o una pinta
- Daeglin nunca pagaba pero bebía
- Pues dinero decía que le faltaba
- siempre con Erik coqueteaba
- mientras una botella en los pantalones escondía.
- ¡Mentiras! ¡Calumnias! Daeglin furioso gritaba
- Mientras Erik tranquilizarlo queria
- Mas en vano su esfuerzo sería
- ya que el poema aquí se acababa.